Una pintoresca columna

Una columna periodística busca interpretar la realidad a través de la opinión de su autor. No está obligada a seguir reglas ni estilos específicos. Esta puede ser redactada con sencillos poemas; controversiales noticias y/o pintorescos chistes, tal cual encontramos en las respectivas columnas del periodista Armando Fuentes Aguirre.

Todos los días del año Armando Fuentes, mejor conocido como Catón, redacta acerca de temas de política, sociales, vida cotidiana, cambios en la ciudad e incluso familiares. Sin embargo, este escritor ha destacado por su humor tan particular el cual, ha plasmado en cada una de sus columnas.

En primer lugar, Catón emplea algunos chistes que van desde lo simple hasta el doble sentido, y los utiliza tanto para abrir sus columnas como para cerrarlas. Al parecer, esta estrategia confundiría fácilmente al lector dado que aparenta no tener sentido ni relación con la nota presentada, pero al someterla a un análisis se encuentra todo lo contrario.

Tal es el caso de su columna titulada “Lección de vida” la cual es introducida por un chiste que cuenta la historia de un señor quién esperó con ansias a que su vecina quedara viuda con tal de poder salir con ella. Esta la relaciona con la victoria casi milagrosa que Los Patriotas de Nueva Inglaterra lograron en el Súper Tazón. Dejándonos de “moraleja” que hay que creer firmemente que sucederá lo que uno desea.

Y también vemos el mismo asunto en la columna denominada “Esperanza” donde básicamente nos ejemplifica la falta de lógica tanto en la vida política como en la cotidiana; Catón cuenta un chiste acerca de un paciente, el cual sufría de insomnio debido a los fuertes ladridos de un perro, que visitó al doctor para que este le recetara pastillas para dormir. Cuál sería su sorpresa al saber que el paciente intentó darle dichas pastillas al perro en lugar de tomárselas. Según Catón: Es la misma ilógica que el pueblo estadounidense demostró al escoger como presidente a Donald Trump.

Por otro lado, Catón también escribe pequeños relatos humorísticos que, al igual que sus columnas, llegan a tocar temas de la vida cotidiana y llevan consigo una moraleja. Pero estos se diferencian por tener un vocabulario y estructura más sencilla, además que la mayoría de los protagonistas son animales con pintorescos nombres los cuales, son humanizados por el escritor.

Por ejemplo, en uno de sus textos hace mención al señor Cantalarrana quién lo describe como una persona egoísta que disfruta hacer daño a los demás sin razón alguna. Sin embargo, este señor recibiría un poco de su propia medicina cuando atiende una inesperada llamada de un hombre, quien posteriormente el señor Cantalarrana descubrirá que es el amante de su esposa. En este relato la moraleja es que no hagas a otros lo que no quieras que te hagan a ti.

Continuando con un enfoque más gramatical, considero que en sus columnas emplea términos que pueden llegar a ser desconocidos como fragor, sañuda, dádiva, iracundo. Sin embargo, una vez que su significado es aclarado, se facilita la comprensión del texto y enriquece el vocabulario del lector.

Finalmente, es importante recalcar que el estilo que Catón emplea para sus críticas es humorístico. Un movimiento que es frecuentemente recurrido, orgullosamente, por los mexicanos para enfrentar a la realidad y transformarla en fuerza para poder salir adelante de los problemas que el país enfrente.

Pero el riesgo que la crítica humorística corre al ser consultada es que los lectores no mediten ni valoren la información y posturas plasmadas en el papel, provocando que dichas críticas parezcan solo ser hilarantes para que cubran la vergüenza de verse retratados en ellas. En otras palabras, se minimiza.

Por lo tanto, no considero que Catón se dirija a un público en general, aunque lo parezca. Pues a pesar de su buena estructura, claras ideas y pintorescos chistes; habrá lectores que no logren, quieran o puedan comprender la esencia del texto y/o analizar detenidamente el mensaje entre líneas que el escritor ha plasmado en papel con tinta invisible.