El Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) es una de las instituciones de América Latina con un alto prestigio que por muchos años se ha encargado de formar a científicos e intelectuales a través de sus dependencias académicas como la Escuela Nacional de Antropología e Historia (ENAH), la Escuela de Antropología e Historia del Norte de México (EAHNM) y la Escuela Nacional de Conservación Restauración y Museografía (ENCRyM), quienes se han ocupado de estudiar el “campo cultural” fomentando el conocimiento práctico, científico, critico, analítico y la conservación del patrimonio cultural material e inmaterial de nuestro país, sin embargo, hoy en día esta institución y sus dependencias se encuentran amenazadas por las Reformas poco estructuradas que atañen a nuestro país.
Como resultado de tales reformas tenemos la reciente creación de la Secretaría de Cultura que sustituyo al Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (CONACULTA) del cual, dependían el INAH y sus escuelas. La creación de la secretaría surgió por iniciativa del Ejecutivo, sin embargo, fue una acción que quedo en manos del sector político sin hacer una consulta ciudadana o presentar previamente la propuesta a las instituciones involucradas en el campo cultural, algo que manifiestan Investigadores, estudiantes, trabajadores, sindicatos, entre otros, quienes más allá de encontrar algún beneficio en dicha secretaria ven un fuerte debilitamiento para el funcionamiento del instituto.
A partir del decreto que pone en marcha la Secretaria de Cultura que presentó el presidente de la República, Enrique Peña Nieto el mes de septiembre del año pasado; surgió una fuerte incertidumbre entre la comunidad laboral, sindical, científica y académica del INAH, quienes no esperaron más para emplear sus conocimientos e indagar en lo que conllevaría esta nueva estructuración institucional, ya que tal iniciativa operó de forma acelerada sin una estructura fija, es decir, comenzó a funcionar sin un reglamento que definiera el funcionamiento y estructura de instituciones encargadas del ámbito cultural como es el INAH lo cual, puso en tela de juicio el devenir de la institución y su comunidad, pues dicha secretaria también implico una reestructuración en el aparato administrativo y jerárquico de los organismos.
Esta nueva Secretaría de Estado se ha mostrado como un organismo poco fructífero para el ámbito académico y laboral, ya que sus intenciones más allá de ser administrativas y burocráticas, es colocar a la cultura en un plano más económico, quizá no de forma directa pero de alguna manera implícita, como señala el investigador y académico del INAH Bolfy Cottom “se hace dentro de un contexto donde se privilegia al mercado, al turismo y la percepción de la cultura como mercancía” (Aristegui, 2015) lo cual, abre diversas interrogantes ¿qué papel tendrá el ámbito académico y científico dentro de dicha secretaría?, ¿qué pasara con los sindicatos de investigadores y trabajadores del INAH?, ¿se puede hablar en términos de iniciativas privatizadoras de patrimonio cultura?, ¿qué beneficios traerá la secretaría para sus organismos dependientes?, estas y muchas interrogantes más son las que hoy en día han abierto una importante reflexión acerca del devenir cultural de nuestro país.
Bibliografía:
Aristegui Noticias (2015) “Bolfy Cottom expone las implicaciones laborales y políticas de la Secretaría de Cultura”
<http://aristeguinoticias.com/2012/lomasdestacado/bolfy-cottom-expone-las-implicaciones-laborales-y-politicas-de-la-secretaria-de-cultura/>