¿Qué aportes tiene el feminismo a la investigación?

La investigación de Huarache

Hoy día debemos hablar de feminismos y no de feminismo por las configuraciones espaciostemporales que los distintos contextos originan. Desde la segunda década del siglo XX se ha hecho visibles las distintas formas de ser mujer en el mundo así como los cuestionamientos al orden social. Por ejemplo, mujeres afrodescendientes han construido desde la América Latina colonizada el feminismo negro.

Lamentablemente, el feminismo y no el enfoque de género -existe una diferencia sustancial entre ambos y aquí recomiendo a Norma Blazquez o a Marta Patricia Castañeda para entenderla-, ha sido recibido en la sociedad en general y en el mundo de las ciencias, como una postura de las mujeres frente a los hombres. Si bien es cierto que existen feminismos que han expresado que la lucha de las mujeres es contra el hombre, este es sólo un “tipo” de feminismo. Sin embargo, ha sido suficiente para que desde la hegemonía estos argumentos se utilicen con el objetivo de descalificar y encasillar a los feminismos en un mismo cajón.

Es por esto que este artículo pretende ofrecer a los lectores y lectoras una forma distinta de comprender el feminismo.

Primero debemos reconocer algunas de las contribuciones, me atrevería a decir irrefutables, del feminismo son las críticas y cuestionamientos –políticos y científicos- al orden que impone la lógica del biologismo a las relaciones entre hombres y mujeres, el cual sostuvo por miles de años que la mujer era un individuo inferior y falto de razón, relegándola a una posición social “no productivo”, sin posibilidad de ejercer poder y como responsable moral de la reproducción de las sociedades.

El feminismo visibiliza desde una postura política y desde las ciencias la base de estas relaciones de dominación y opresión que a lo largo de la historia ha traspasado y perdurado durante distintas formaciones sociales. Esta contribución debe entenderse como una confrontación en un primer momento, pero sobre todo debe comprenderse como una forma de ser impuesta en sociedad de los sujetos que la conforman.

Y aquí radica otro aporte del feminismo desde y para las ciencias, el feminismo como perspectiva en la investigación permite identificar, desentrañar y cuestionar los fundamentos ontológicos y epistemológicos de las ciencias y el conocimiento de estas.

La investigación feminista ha dado cuenta de las distintas formas en la vida social en que se ejerce poder, dominación, explotación, desigualdad, discriminación, etc.; nos ofrece una perspectiva realmente compleja de la sociedad, sus relaciones, estructuras, dimensiones y, de esta manera nos interpela a desarrollar metodologías, técnicas y herramientas críticas ligadas profundamente con el carácter social del quehacer científico. Pero lo más importante es que el conocimiento ha sido construido desde una perspectiva y este ha dominado a lo largo de los años. La realidad no está dada, se construye, por lo que los feminismos cuestionan quién, desde dónde y para qué se construye conocimiento y realidad.

El feminismo en las ciencias debemos considerarlo como una apuesta a la producción de conocimiento complejo, con sentido y significado social que interpela al cuestionamiento de las representaciones que se tienen de la realidad y cómo se construyen. El feminismo interpela a que lo que se observa como real no está dado y no existe independientemente del sujeto científico, además de que nos obliga a cuestionar lo real. Por siglos la ciencia despojó al conocimiento de su carácter ético, moral y político, los feminismos buscan pues recuperarlos.