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La desigualdad social al momento de enfrentar un desastre natural A un año del sismo 19S

La desigualdad social al momento de enfrentar un desastre natural A un año del sismo 19S Sección: Opinión. Texto argumentativo. Acción argumentativa, convencer. Público en general. Lenguaje formal. Ha pasado un año del fenómeno natural que sacudió la tierra, el ámbito social y las emociones de las y los mexicanos. A un año de aquel […]

La desigualdad social al momento de enfrentar un desastre natural

A un año del sismo 19S

Sección: Opinión.
Texto argumentativo.
Acción argumentativa, convencer.
Público en general.
Lenguaje formal.

Ha pasado un año del fenómeno natural que sacudió la tierra, el ámbito social y las emociones de las y los mexicanos. A un año de aquel 19 de septiembre de 2017 podemos observar muchos pendientes sin resolver, así como la acentuación de una desigualdad social al momento de enfrentar un fenómeno natural como un sismo. Pero ¿está desigualdad es natural? Evidentemente no. Aunque un sismo no escoge a quién afectara más y a quién menos sí es la composición social actual en clases, así como la ineficacia del Estado antes, durante y después del fenómeno natural la que afecta la manera de enfrentar un acontecimiento de esta magnitud. Por ende, la desigualdad social es mucho más evidente cuando se habla de fenómenos naturales pues no todos ni todas lo enfrentamos de la misma manera.

El pasado martes 19 de septiembre de 2017 a las 13 horas con 14 minutos un sismo de 7.1 grados Richter sacudió parte de la República mexicana. Si bien, ya habían pasado otros sismos este fue de especial interés por los efectos que desencadenó. Decenas de casas, edificios y por ende, personas resultaron afectadas. Y aunque ya ha pasado un año del fenómeno, aún existen damnificados que no han recibido una respuesta satisfactoria por parte del gobierno mexicano. Siguen viviendo en campamentos provisionales y demandan una pronta respuesta a sus necesidades, como el caso de muchas y muchos de las y los damnificados que conforman el movimiento social de “Damnificados Unidos CDMX”.

La ineficaz respuesta del gobierno antes del fenómeno natural se visibiliza al no ser capaz de proporcionar el derecho humano a la vivienda digna, así como al no prestar atención a las múltiples demandas de edificios riesgosos y permitir actividad en estos, sumado a esto se encuentra la corrupción al momento de otorgar permisos de construcción de edificios no recomendados. El no cumplimiento de lo anterior es visible cuando vemos que muchas de las construcciones que se cayeron en el sismo no eran seguras para vivir ni para trabajar, como el caso de Josefina Olivares quien perdió su tienda ubicada en la colonia Buenavista de la CDMX, la cual ya presentaba daños, y a quién siguen sin responderle las demandas. En el caso de la corrupción es conocido el caso de la escuela Rebsamen, la cual se derrumbó por la mala e inadecuada construcción de la estructura, llevándose así la vida de niños y niñas que asistían a la misma.

El gobierno fue ineficaz durante los primeros instantes del fenómeno pues su respuesta no fue inmediata. De hecho, quienes asistieron con rapidez fue el propio pueblo mexicano. Fueron ellos y ellas quienes acudieron a las construcciones derrumbadas con palos y cubetas tratando de sacar de entre los escombros a gente con vida. También fue el pueblo el que se intentó organizar para llevar víveres y ayuda humana a los lugares en donde se necesitara.

Después del fenómeno, el gobierno no ha podido otorgar respuestas satisfactorias. Muchas personas siguen viviendo en campamentos temporales que construyeron con ayuda de personas ajenas a este o, en el mejor de los casos, viviendo con familiares. Damnificados Unidos CDMX, en su página de Facebook, ha demandado la necesidad de recursos suficientes para la reconstrucción de los edificios colapsados, la rehabilitación de los inmuebles dañados, la entrega de dictámenes de predios para lograr el acceso al Fondo de Reconstrucción de la Ciudad de México, estudios técnicos de Tláhuac e Iztapalapa para la reconstrucción y reparación de viviendas, así como la ampliación en el otorgamiento de apoyo de renta pues se dice esta no ha sido suficiente para rentar un lugar donde vivir en la CDMX. Como vemos, se sigue demandando cosas que en un principio se debieron de resolver, sin embargo las instituciones encargadas se han dedicado a alentar trámites.

En un análisis de los casos presentados por la prensa mexicana, podemos observar que la gente que demanda ser escuchada y atendida es aquella que no tiene los recursos para reconstruir o para vivir en otro lugar. Es decir, que las y los damnificados son la clase baja. Es por ello que me pregunto ¿cuál es el verdadero problema? ¿el fenómeno natural o que vivimos en un sistema socioeconómico repleto de desigualdad social y que al momento de enfrentar un fenómeno natural deja sin herramientas para sobrevivir y enfrentar el problema a los y las que se encuentran en la clase más baja?

Bibliografía:

 

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