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Oct 20, 2016 | Política Internacional

Identidad Prohibida

  En la actualidad, existen diversas posturas principalmente en Europa, acerca del uso de la Burka y el niqab de la mujer musulmana. La mayoría de la población, está en contra de su uso. Se cree que al utilizarlo, se corre mayor peligro en las calles; debido a que no se puede ver el  “verdadero […]

 

En la actualidad, existen diversas posturas principalmente en Europa, acerca del uso de la Burka y el niqab de la mujer musulmana. La mayoría de la población, está en contra de su uso.

Se cree que al utilizarlo, se corre mayor peligro en las calles; debido a que no se puede ver el  “verdadero rostro” de quien está a tu alrededor y  con  ello se amenaza la sana convivencia.  

Se argumenta que al prohibirlo, se pueden prevenir futuros atentados contra la seguridad de la población europea, así como evitar diversos fraudes bancarios.

Hoy en día,  países como Francia, prohíben el uso de símbolos o ropa que manifiesten una pertenencia religiosa en las escuelas y universidades, a través de la ley francesa sobre la laicidad.  Esto con el fin de tener una mayor convivencia en las calles y tener una población con un mayor nivel de unificación.

Es cierto, que en la actualidad el continente europeo, (principalmente Francia) se  ha convertido un lugar sumamente propenso a diversos acontecimientos como atentados o revueltas que ponen en peligro la vida de miles de personas. Sin embargo, está ley lejos de ser una medida de prevención, es una forma de discriminación hacia la cultura musulmana y hacia las mujeres que portan este controversial “pedazo de tela”

La burka y el niqab, definen  a la mujer musulmana, les dan el poder de decidir sobre su cuerpo. Al usarlos, les brindan la seguridad y protección necesaria ante una sociedad que se deja llevar por crueles estereotipos.

No obstante,  las mujeres, buscan honrar sus orígenes y a Dios, representando su adoración hacia el Islam.

Por lo que es sumamente erróneo pensar que la mayoría de ellas lo usan en contra de su voluntad o que viven en la opresión en sus matrimonios al no usarlos. Cuando en realidad la mayoría de las mujeres musulmanas en Europa ni están casadas, y desgraciadamente se deteriora más a la mujer en el cine pornográfico, que cada vez se prolifera más en la población.

Es inaceptable que se juzgue a la mujer por su forma de vestir y peor aún por su ideología, argumentando que el uso de la burka y el niqab atentan contra la seguridad.

Se debe buscar un respeto mutuo en las diversas ideologías que existen en este mundo tan globalizado, pero sobre todo, fomentar la libertad de expresión y el respeto a nuestros orígenes. Para algún día vivir en un mundo en el que lo que más importe sea el intelecto y no la forma de vestir.

-K. Aguilera

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