Iniciábamos la semana el 23 de enero con una mañana fría y gente en los puestos de periódico que se detenían a leer los titulares de primera plana: “Capturan a ‘El Negro’, líder del cartel de Sinaloa”, “Fuerzas federales detienen al hijo de ‘El Azul’, “Confirman la captura de ‘El Negro’ Esparragoza, hijo de ‘El Azul’”.
La Marina y la División Antidrogas se movilizaron en un operativo cuyo resultado sería la captura de Juan José Esparragoza Monzón, alias “El Negro” o “El Azulito”, el 19 de enero en Culiacán, Sinaloa. Tras su captura Renato Sales Hereida, comisionado nacional de seguridad, declaraba que: “‘El Negro’ era el objetivo prioritario número 106 del gobierno, logrando dar un golpe al narcotráfico”.
Dicho discurso se interpretaba, principalmente, como una adulación a la Secretaría de Marina y a la Secretaría de Gobernación. Pareciera como si quisieran recuperar la admiración, el respeto y la aceptación de Culiacán debido a que habían capturado a uno de los peces más gordos responsable de la administración del cartel de Sinaloa, lavado de dinero y tráfico de drogas en México y Estados Unidos.
Sin embargo, en apenas dos meses las noticias en las redes sociales, periódicos y televisión lograron acaparar la atención de la gente una vez más; “El Negro” volvía a ser un tema de discusión y controversia cuando los titulares presentaban la nota de último momento: “Hijo de ‘El Azul’ se fuga del penal de Culiacán”, “Investiga PGR sistema de fuga utilizado por ‘El Negro’ en Sinaloa”, “Estaba anunciada la fuga del hijo de ‘El Azul’”.
La mayoría de los lectores continuaban revisando la noticia cuyos párrafos proporcionaban algunos detalles del acontecimiento: A mediodía del 16 de marzo, cuando los reos eran visitados por sus familiares, recibieron en el Centro de Ejecución de las Consecuencias Jurídicas del Delito (Cecjude) una falsa alarma de un motín cuyo saldo era de un herido y cuando el protocolo de seguridad era llevado a cabo, “El Negro” logró escapar.
No obstante, la mirada de los lectores se detenía en los párrafos de cada periódico que daban a conocer la identidad de otros cuatro presuntos reos, pertenecientes al cártel de Sinaloa, que también lograron escapar del penal: Francisco Javier Zazueta Rosales “Pancho Chimal”, Alfonso Limón Sánchez “El Limón”, Rafael Guadalupe Félix Núñez “Changuito Ántrax” y Jesús Peña González “El 205”.
Actualmente Quirino Ordaz Coppel, gobernador de Sinaloa, y Cristóbal Castañeda, subsecretario de seguridad pública, proporcionan su versión de los hechos las cuales podrían ser interpretadas como justificaciones para deslindarse de su responsabilidad: “El Cecjude no estaba preparado para atender a reos federales de alta peligrosidad”; Quirino Ordaz. “No era posible el traslado de estos reos a penales de máxima seguridad porque estaban amparados”; Castañeda.
Incluso, el organismo del Departamento de Justicia de Estados Unidos intervino en esta controversia por que “El Negro” también es buscado en Texas y California. Esta entidad declaró: “Al hijo de ‘El Azul’ se le buscaba por tráfico de drogas, y no sabemos si México también lo quería, lo que sí sabemos es que era buscado por nosotros”.
Con cinco delincuentes prófugos de alta peligrosidad se exige que el gobierno tome cartas en el asunto. Ya no queríamos excusas, queríamos respuestas. No queríamos culpables, queríamos soluciones. Y lo que obtuvimos fue un discurso de Quirino quien intentó explicar que el suceso vivido era una oportunidad para transformar y corregir los protocolos. Y gracias a esta problemática, confesó, nos daríamos cuenta de la complicidad y corrupción que existe en los penales. Sin embargo, señor gobernador, los sinaloenses no necesitan un aprendiz, necesitan un líder quién les proporcione protección segura.
Finalmente, el General Cienfuegos Zepeda junto con Quirino Ordaz prometen establecer mayor seguridad en Sinaloa mediante la implementación de tecnología de punta en las video vigilancias; colocación de inhibidores de llamadas celulares y la aportación de los datos necesarios para que las Fuerzas Armadas, federales y estatales tomen cartas en el asunto.
Por otra parte, los operativos de la PGR comenzaron y estos han provocado la suspensión de clases en la preparatoria Flores Magón de la Universidad Autónoma de Sinaloa (UAS). La gente se resguarda en su casa pues no consideran tranquilo un ambiente donde las patrullas de las fuerzas armadas, federales y estatales estén en busca de cinco presos de alta peligrosidad. México teme, Sinaloa teme, Culiacán teme.
Aun así … ¿Qué importa?, como dice Quirino Ordaz, al fin y al cabo, estamos aprendiendo.
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