Bienvenido lector y lectora a la columna “La Investigación de huarache”
Para inaugurar esta nueva columna quisiera compartirles acerca del nombre de mi columna “La Investigación de huarache” y de lo que estarán leyendo semanalmente en ella.
Investigación de huarache es una propuesta del investigador agrícola Efraím Hernández Xoloctzi a finales de la década de los años 70. Originario de Tlaxcala, dedicado al estudio y recolección del maíz y sus diversas razas.
Su profesión y dedicación lo acercaron al sujeto del maíz, al campesino, por toda la república mexicana. Esta cercanía con los sujetos subalternos, influyó su pensamiento y reflexiones sobre el quehacer científico de miles de ingenieros agrónomos, que una vez formados en la Autónoma de Chapingo, salían a esparcir sus conocimientos científicos y técnicos sobre la agricultura a los campos del país.
En esa reflexión, Xoloctzi se percató de un posicionamiento epistemológico y ontológico que los ingenieros reproducían frente al trabajador del campo, el cual desvalorizaba los conocimientos prácticos y empíricos de este, frente al conocimiento producido en la universidad, en sus aulas y laboratorios alejados de la realidad.
El maestro Xoloctzi era sensible a las condiciones materiales en las que vivían y trabajaban millones de familias campesinas: pobreza, discriminación, exclusión social, las cuales hoy en día persisten. Este México profundo que Bonfil Batalla visibilizó desde la academia -y que era el día a día de los ingenieros- determinó las bases del método Xolo o de la investigación de huarache.
La investigación de huarache propone descentralizar la producción del conocimiento de los espacios verdaderamente “científicos” como la Universidad, hacia la realidad concreta y las prácticas de quienes la reproducen. También propone hacer visibles y conscientes las dimensiones ética y política en el quehacer científico y de quien lo hace, que en lugar de sobre poner la objetividad reconozca sus prejuicios sobre el campo que estudia, se reconozca como parte del problema a investigar y asuma cierto compromiso social con su investigación.
Esta columna, que retoma el nombre de la propuesta teórico-metodológica del maestro Xoloctzi, tendrá el objetivo de publicar artículos de las ciencias en general que cuestionen y critiquen el quehacer científico objetivista, que propongan nuevas perspectivas y metodologías que incluyan a la realidad concreta y los sujetos que la producen como base de los conocimientos, investigaciones que surjan de las necesidades y demandas concretas de los diferentes sujetos de la realidad, etcétera.
Por último quisiera aclarar a los lectores que esta columna no concibe el conocimiento científico criticado como obsoleto y superado, al contrario, se retoma para proponer formas distintas, alternativas-otras de cómo hacer ciencia y para definir ciencia para qué.